lunes

Hace ya muchos días que fue mi cumpleaños y sin dudarlo fue el peor, pude evitarlo si nunca le hubiera confiado mi fecha de nacimiento a nadie.

Vengo de una familia donde las fechas especiales son ninguna, no celebramos cumpleaños, día de la madre, del padre, de los abuelos, de la bandera, del trabajo, de muertos o navidad. Nada, nunca, jamás. Y así estaba bien, pasé 15 años sin creer que mi cumpleaños fuera algo importante, hasta lo olvidé un par de veces.

Cuando me cambié de ciudad conocí a la primera persona que se interesó por saber cuándo era mi cumpleaños y se lo dije. Al cumplí 15 años ella y yo estábamos en diferentes salones y aún así me dio los mejores regalos de mi vida, regalos cursis como solo se pueden dar cuando estás en secundaria: llegó temprano y puso varios carteles en mi salón, me organizó una fiestita con nuestros amigos a la hora del recreo con pastel y gelatina, me dio un libro escrito por ella (mi bien más preciado) y bueno, ese puede ser el mejor día de mi vida. Nos separamos al entrar a la preparatoria y bla.

Corte a: varios cumpleaños meh después.

Este año es el que más había esperado para ver qué pasaba en mi cumpleaños, no voy a mentir, creí que sería la celebración de mi vida, tan grande como las Olimpiadas o el Mundial. Pasaban los cumpleaños de mis amigos y todos tenían un pastel, vaya hasta cooperé para las pizzas y refrescos en el enorme cumpleaños de una amiga porque tal vez el karma me lo regresaría en forma de un pastel de pokébola o una pizza de pokébola o en un buen día. Dios, me emocioné tanto.

Llegó el día, las 12:00am y nada. ¿Dónde están mis mensajes de texto? ¿Dónde están mis cientos de notificaciones de FB? ¿Dónde están mis serenatas? Tal vez si me duermo al despertar ahí estén. Nope. Tal vez al llegar a la escuela. Nope. Y así pasé el día, preguntándome qué falló. Le mandé un mensaje a una amiga para saber dónde nos veríamos para celebrar mi cumpleaños, me contestó y "BTW, Feliz cumpleaños". JAJAJAJA, QUÉ. Fuimos a donde todos quisieron, lugares en los que yo no pondría ni un pie por error pero ahí estaba porque tal vez aquí es mi fiesta sorpresa. Nope. Fui a casa de mi amiga y su mamá soltó la bomba "¿Por qué no le hiciste un pastel como a los demás?". Silencio incómodo.

Pero ya aprendí a no romper mi única regla:

"Don't ever tell anybody anything. If you do, you start missing everybody."

3 comentarios:

Deniss dijo...

Yo sí te felicité, Mariana. Eres mi mejor amiga del internet y de las mejores de toda la vida. A veces creo que no quiero que nos veamos en persona, pero otras veces pienso que sí porque yo te habría hecho un pastel de pokébola.

Te quiero mucho, odio a tus compañeros de la escuela porque te tienen diario y yo no. Me pasa solo con una persona más. Odio eso, odio no poder estar con la gente que quiero mientras quienes tienen la fortuna de verlos diario no lo valoran ni aprovecha.

It makes me feel so angry.

Tu próximo cumpleaños será el mejor del mundo. Si tu amiga te escribió un libro, yo te escribiré UNA ENCICLOPEDIA.

Eishō I dijo...

Lo que uno aprende con experiencias así (y obvio, también con el tiempo) es que la única persona que debe celebrar ó no celebrar que se cierra un ciclo y se abre otro, es uno mismo.

Se celebra según el gusto y no hay razón para esperar (ó soportar) el falso reconocimiento de los demás y su completa falta de atención a lo que puede gustar ó molestar.





M dijo...

Goddess. Me sentí tan identificada que me he puesto tu nombre. Mis cumpleaños siempre son días libres, en mi cuarto, a solas.


La verdad ya me llamaba así antes.

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